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lunes, 23 de enero de 2017

MAGAÑA 14/01/2017



La Peña el Cerrillo comenzó la temporada 2017 con una batida de jabalies en la finca Magañas, de titularidad pública, en el PN de Despeñaperros.  Se batirían unas 1200 ha, de las 2000 que consta la finca, con unos 80 puestos y unas 35 rehalas.

En esta ocasión, 6 éramos los puestos que asistiríamos de la Peña, con la única falta de Luisfer y Alejandro, debido a que el segundo de ellos acaba de ser padre¡¡¡.  Enhorabuena¡¡

Como siempre, la montería comenzó para nosotros el mismo viernes, con la excusa algo manida de ahorrarnos la mitad del trayecto y salir juntos al cazadero.  Realmente, para mi es de los mejores momentos, ya que conseguimos reunirnos para desconectar de la rutina de la semana y hablar de lo que nos apasiona, la caza.

Algunos tubos largos para calentar el ambiente hicieron que casi se me complicara el día y no pudiera asistir a la montería.  Menos mal que Jose Luis y Manolo tuvieron algo de cabeza y me hicieron entrar en razón para acostarnos relativamente temprano.

A las 5 de la mañana me despertaron los dos cuñaos, que suele quemarles el culo de la cama, ya vestidos y deseando salir¡¡.  Vestirse rápido y coger carretera fue todo en uno, recogiendo antes a mi amigo Rafa que nos acompañaba en esta ocasión.

La Junta era a las 8:15 en pleno Parque Natural, por lo que el palizón de viaje fue mayúsculo.  Una parada en Hotel Val en Andujar y directos al cazadero, donde ya nos esperaban el grueso de la Peña que habían madrugado aún más que nosotros.

El frio cortaba las ideas, y unas migas buenísimas se congelaron en el plato a la tercera cucharada.  La verdad es que la explanada habilitada para la Junta parecía una romería entre monteros, acompañantes, guardería y personal de los Barrancos.  Mover semejante marabunta no iba a ser tarea facil.

El sorteo comenzó sin mucha dilación, explicando José Morillo que había 12 puestos en los que había que andar, pero andar de verdad, no los 300 metros a lo que estamos acostumbrados los cordobeses.  Ni que decir tiene que dichos puestos eran bastante buenos, por lo que una masa de monteros nos acercamos a la mesa para apuntarnos como voluntarios.  Pero no hubo suerte, y casi ninguno pudo entrar en la lista de marras, así que, al sorteo general.

Esta vez, mi socio me obligó a coger el sobre, ya que nunca suelo acercarme ni a la mesa, sacando el suertes el 4 de la armada Barranquillos, en la zona mas pegada a Castilla la Mancha. Tatín, que había sacado puesto de voluntario y tenía el 5 de la misma armada, nos comentó que ya se había informado y de que íbamos a la parte que no se monteaba desde hacía años ya que era la zona de reserva de la finca. El resto de socios se dispersaron por la mancha de la siguiente manera.

 -  Manolo y Presi.  1 de Barranquillos.  En la misma armada que nosotros, a priori buenísimo.
 -  Matias y Rafa.  En el 4 del Rio.  En todo el centro de la mancha.
 -  Paco Herrera y padre.  En el 10 de Trevijo.  En la zona izquierda de la mancha, donde nos comentaron que era la mejor zona para el resguardo de los cochinos.
 -  Paker y Vassily.  En el 9 de Trevijo.  Igual que los anteriores.
 -  Tesorero y Sanabria.  En el 1 de Conejera.  En la zona baja de mancha.

Contentos por el resultado general y siendo casi de los últimos en salir, nos entretuvimos en ver cómo Sergio Sanz coordinaba la salida de las armadas y su personal de campo hacia el cazadero.  La verdad es que es un espectáculo coordinar todo aquello y conseguir que nada falle, recordándome al gran Ventura Soriano (" El Cura") y su Asociación Cinegética Malagueña en experiencia y buen hacer.

No tardamos mucho en salir, pasando por media finca hasta adentrarnos en la zona que nos tocaba.  Cuando llegamos al 1, puesto del Presi y Manolo, nos quedamos a cuadros.  Una postura, literalmente, de ensueño, dominando un enorme barranco con un testerazo para ellos solos que daba miedo.  El 2 algo más cerrado, pero también precioso, y así sucesivamente hasta llegar al nuestro.

Que decir cuando lo vimos... de los puestos más bonitos que he estado nunca¡¡¡.  La tira se encontraba en un auténtico balcón de piedra, el cual dominaba media montería. Teníamos delante un enorme barrancón con un testerazo a nuestra derecha que daba a la solana, y de frente, una manta verde que daba a la umbría.  El tiradero real iba a ser el testero de la solana, ya que el sol impedía poder ver nada en la enorme umbría que teníamos de frente.

Colocamos los archiperres en la balconada y a esperar, teniendo la seguridad de que íbamos a disfrutar de numerosos lances, aunque la distancia de tiro y el enorme montarral iba a hacer difícil poder culminarlos.

Se escucharon pocos tiros antes de la suelta, pero era normal debido a la defensa que tenían las reses por nuestra zona.  Algunas ciervas inquietas empezaron a aparecer en nuestro tiradero, pero aquí a lo que veníamos era a cochinos, por lo que era absurdo suponer que éstos últimos iban a seguir las mismas carreras.

Las rehalas no tardaron en aparecer y soltar, ya que querían hacerlo despacio, desencamando con antelación al cervuno para dar con los cochinos.

 Nada más hacerlo, una ladra tensa y continua que se va acercando.  Se van sumando más y más perros y aquello parecía venirse abajo.  Viene de la parte trasera y va aparecer en el testero de la solana, por lo que nos preparamos para ver si era cochino o las primeras ciervas que vimos desaparecer por esa misma zona.  Tira el 5 y la ladra continua, por lo que ya sabemos que viene una res cazable.  Cuando asoma por nuestros dominios, nos quedamos petrificados.

Un enorme cochino con una rehala detrás es de las escenas mas impresionantes y bonitas de ver en una montería, y aquello estaba ocurriendo delante de nosotros¡¡¡.  Le digo a Carlos que tire, ya que al entrar por su lado tenía preferencia en el lance.  Mi socio que lo deja bajar algo para tener un mejor ángulo y.... pum¡¡¡... el express que resuena dando de lleno al cochino.  La mole acusa el disparo y los perros se le echan encima, por lo que había que ir a rematar y aquello estaba en el quinto infierno.   Mi socio cogió el machete y bajó a todo tren para rematarlo, desapareciendo en la espesura.

Mientras, otras ladras por la umbría que me confirman lo imposible de poder disparar en esa zona debido al montarral y el solazo que nos daba de lleno, ya que no conseguimos distinguir ni qué perseguían. Por el lado derecho, un enorme venao aparece en la solana el cual vemos desaparecer tranquilamente, como sabiendo que la cosa hoy no iba con él, aunque estando mi socio perdido en el barranco ya podría entrar el macareno de mi vida que no tenía intención de disparar.

Cuando Carlos apareció, estaba medio muerto. Se había pegado un carrerón subiendo la pronunciada pendiente que lo había dejado reventado.  Nos contó como pudo que era una enorme cochina, aunque había que echarle un par para entrar al agarre... yo no me hubiera atrevido... Asi que, primer cochino nada más soltar¡¡¡.

La traca de tiros era considerable por todo alrededor, por lo que parecía que la mancha estaba cargada de reses, como ya nos habían comentado.  Estábamos escudriñando el testero cuando Rafa nos avisa que acababa de ver a trasluzón un cochino pasando por debajo del balcon donde nos ubicábamos.  Me asomo como puedo y ahí está, a unos 50 metros de nuestra vertical zorreado.  Es un marranchón de unos 20 kilos y así se lo hago saber a mi socio.  Espero a que salga al testerete de la solana pero el jodio que empieza a taparse, salir, volver a taparse... por lo que desisto en el intento y se pierde en dirección al puesto 5.

Ni 5 minutos pasan cuando escucho romper monte por debajo del balcón.  Es imposible ver nada, pero estoy atento a que salga a la solana. Pocos minutos pasan cuando aparece un cochino de tamaño medio en lo bajo del testero, cerca del arroyo.  Le meto aumentos al visor, espero a que salga al clarete y......pummm¡¡, el cochino que toma una carrera loca asustado por no haber tocado pelo.  Recargo como puedo y le envio un segundo recado, fallando de nuevo.  Joder, le meto el tercero, cuando mas dificil estaba el asunto y zas...el guarro se desvía y pega una voltereta quedándose alli.

Otro cochino cobrado¡¡¡, ahora tendremos que bajar mi socio y yo el barranco para marcarlos.  Además que han venido los dos últimos zorreados, por lo que debemos estar atentos hasta que termine ya que parece que dominamos un buen paso.

Pero lamentablemente no pudimos ver ningún otro más, sólo algunos venaos de tamaño medio irrumpieron por nuestro tiradero.

 Llegada las 15:30, recogimos los bártulos y nos preparamos para bajar al infierno, mientras nuestro compañero Rafa se quedaba en el puesto para guiarnos.  El mulero se sumó en la búsqueda, pudiendo encontrar primero el que yo había abatido.  Mientras lo subía, fuimos a buscar el de mi socio, que se encontraba en todo el hoyo del barranco, muy cerca del arroyo.  Cuando lo vimos, supimos que iba a ser una odisea sacarlo de alli... menuda mole.

Llegó la mula, la subimos a los lomos como pudimos y empezamos a ascender, pero el peso del animal era demasiado y la mula cayó de espaldas quedándose tumbada sin poder moverse.  Le cortamos las cuerdas cuanto antes viendo el sufrimiento del animal, y el cochino se precipito unos metros más hacia el abismo.  Decidimos dejarlo allí ya que era imposible poderlo sacar.  En fin, una pena dejar una res abatida en el campo.

Cuando llegamos al coche eran las 16:30, por lo que fuimos cagando leches a la junta ya que el resto nos estaría ya esperando.  El frio era insoportable y cuando llegamos ya se había ido la mayoría de la gente.  Efectivamente, nuestros compañeros nos estaban esperando, y nos fueron contando que tal se le había dado a cada uno:

      -  Manolo y Presi.  En el 1 de nuestra armada.  Tiraron a 4 cochinos, quedándose con 2 de ellos, siendo unos lances preciosos de descargar un cargador en el testerazo que dominaban.
      -  Jose Luis y Sanabria.  En 1 de la conejera.  Siguen con su mala suerte cuando se juntan, no pudiendo disfrutar de ningún lance.  Vieron varios venaos y poco más, aparte de encontrarse en la umbría y congelarse de frío.
      -  Paker y Manuel.  En el 9 de Trevijo.  Grandes triunfadores de la jornada, consiguiendo abatir 5 cochinos¡¡¡. Tenían un puesto con un camino como único tiradero, pero muy muy querencioso por lo que se pudo comprobar.  Encima no fallaron en ninguno de los lances que tuvieron¡¡.
      -  Matias y Rafa.  El 4 del Río.  Tenían un puesto precioso, pero tampoco pudieron disfrutar de ningún lance.  La verdad es que tampoco están teniendo este año muy buena suerte.
      -  Paco Herrera y padre.  En el 10 de Trevijo.  Abatieron un cochino que fue a morir al barranco, no pudiendo ir a marcarlo debido a lo abrupto del terreno.


Entre que se nos estaba haciendo tarde y hacía un frío de mil pares, cogimos carretera para tomarnos un café en Casa Pepe, quedándonos sin ver el plantel final de la jornada.

Realmente a la Peña se le había dado bastante bien el día, abatiendo un total de 10 de los 61 que finalmente se cobraron entre 6 puestos, aunque lo más curioso fue que ninguno fue un macho con una boca reseñable de entre todos los que se abatieron.

Nos quedaban 3 horas de camino de vuelta, por lo que no nos demoramos en demasía y, cada uno a su ritmo, se fue despidiendo hasta la próxima semana, concretamente en Navalentisco.  Pero esa, esa es otra historía que no tardaré en contar...

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