Retomo el blog, después de bastantes meses sin hacer acto de
presencia, debido al comienzo de esta nueva y apasionante temporada de
caza. Un año con grandes expectativas y
con manchas cerradas desde hace meses debido a la enorme demanda que está
habiendo este año, tanto en organizaciones luchando por las mejores fincas como
nosotros, los monteros, a los que parece que la crisis ha pasado a mejor vida.
Realmente la temporada comenzó hace meses, desde que
empezaron a salir programas de las diferentes orgánicas allá por Mayo y Junio. Elección de las manchas a elegir, echar
cuentas y decidir dónde vamos, hizo que ya tuviéramos las primeras reuniones
entre los de la Peña para hablar de lo que nos apasiona… la montería.
Una media veda intensa, un día de caza menor el primer fin
de semana y llegada, al fin, del primer gran día esperado después de tantos
meses. ¡¡¡“La Parrilla”¡¡¡, ubicada en
el término municipal de Belmez, de unas 700 ha y compuesta por una gran dehesa
dominada por dos fuertes montes de cabeza.
En esta ocasión iríamos 5 puestos por parte de la Peña, con
las ilusiones intactas y armados hasta los dientes para aguantar el chaparrón
que se anunciaba.
La verdad es que el día, climatológicamente hablando, fue de
perros. Desde que nos reunimos en el bar
de la gasolinera de Peñarroya no dejó de caer agua, acompañado de un viento
bastante molestó que deslució bastante la jornada. Pero bueno, estos días son
los que yo considero para verdaderos monteros y mejor contarlo desde el
principio y no desde el final.
La Junta fue a las 9 en el campo de futbol de Doña Rama, a
escasa distancia de la finca. Una buena carpa y un nuevo catering nos esperaba.
La lluvia arreciaba y dudábamos si se
podría cazar en estas condiciones.
Mientras nos
tomábamos unas buenas migas y café para entrar en calor, fuimos saludando a
unos y otros de los que habitualmente monteamos con Cinegética los Barrancos mientras
elucubrábamos los puestos más querenciosos en el plano de la mancha colgado
desde primera hora.
Cazar con amigos hace que el tiempo pase volando y la hora
del sorteo apareció sin casi darnos cuenta.
José Morillo dió las normas de la montería y dejó claras algunas
cuestiones que son de agradecer. Aquí se caza pagando o cobrando…ni
amiguismos, ni tratos de favor a nadie. Todos los puestos encima de la mesa y los dos
de la propiedad anunciados y colocados en el plano.
Pues bien, los 5 puestos de la Peña sacamos en suertes lo
siguiente.
- Carlos (mi socio habitual) y Tesorero. 2 de la Loma.
- Matías y su compañero Angel. 5 de la Loma.
- “Vassili” y Paker. 7 de la Loma.
- Presi y Manolo. 1 de Cortijo Viejo.
- Jorge y servidor. 9 del Pantano.
- Carlos (mi socio habitual) y Tesorero. 2 de la Loma.
- Matías y su compañero Angel. 5 de la Loma.
- “Vassili” y Paker. 7 de la Loma.
- Presi y Manolo. 1 de Cortijo Viejo.
- Jorge y servidor. 9 del Pantano.
Particularmente, nuestro puesto sobre el papel nos encantaba. Al lado de la propiedad, en lo alto del cerro
donde los cochinos faldearían si los perros no conseguían hacerles romper a las
dehesas. Confirmado por José… “si no tirais vosotros no lo harían los 25
puestos de alrededor”.
Seguía cayendo chuzos de punta y aquello no tenía intención
de escampar. Los primeros puestos parten
y a nosotros nos toca esperar. Se nota
que son las primeras jornadas de la temporada porque la gente está ansiosa y
atenta para salir cuanto antes al
cazadero.
Quedábamos 4 gatos en la Junta cuando nos tocó a
nosotros. Fue entrar a la finca y
encontrarnos el coche del Presi y Manolo, en medio de la dehesa, y en el quinto
infierno del meollo del asunto. La
verdad es que la mano que tuvieron fue para cortársela, pero bueno, quizás podría
escabullirse alguno de los pocos venaos que se sabían que había en la finca (es
una mancha mucho más cochinera que otra cosa).
Empezamos a rodear el cerro dejando los puestos en el límite
del monte con la dehesa y comenzamos a subir y a adentrarnos en una auténtica
jungla con sólo un camino hacia el punto más alto.
Nuestro puesto se encontraba en medio de ese camino medio
tragado por la vegetación y con ese único posible tiradero. Un puesto corto, para cazar de oído, pero
algo imposible hoy debido al tiempo de perros que seguía haciendo.
Dadas las condiciones, dejé el rifle en el zurrón y saqué la
escopeta con caño de bala con las Legia como munición. Aquello iba a ser tiro conejero y prefería
tirar con miras abiertas. Mi compañero
por el contrario dejó su rifle con el visor puesto ya que no le gusta tirar de
la otra manera.
Cada uno mirando a un lado del camino y a esperar. No transcurren ni 20 min cuando sueltan los
perros. La algarabía formada hace que
nos tensemos como cuerdas de guitarra... cuando, sin previo aviso, salta un venao
por el lado de mi compi justo donde hacía curva el camino. Ni ademan de encararse… que velocidad, esto va a ser complicadísimo.
La armada del “Rosalejo” que empieza a tirar y de repente me
salta un cochino de considerable porte por mi lado al que tampoco me da tiempo
ni a encarar. Vista la situación, me
coloco en posición de disparo y a aguantar el tiempo que pueda así, ya que es
imposible escuchar absolutamente nada debido a la lluvia y al viento que pegaba
en lo alto del cerro.

Parece que el paso de los cochinos estaba por la zona alta
del puesto. Sigo en posición de disparo
y los brazos me empiezan a temblar.
Cuando ya estaba a punto de desistir bajando un rato el arma, aparece
otro haciendo exactamente lo mismo. Le
meto un zurriagazo y a este si que creo haberle apuntado a tiempo. Pero se mete en la pared verde y ni idea del resultado.
Entre tanto los perros por todo alrededor. Vaya primera media hora¡¡¡¡. Hablando con mi amigo sobre lo que había
tirado (casi a voces para escucharnos), unos perros laten a algo que viene
directamente hacia nosotros. Cuando
aparece, lo hace por el viso, por lo que simplemente lo vimos pasar, aunque éste
sí que tenía pinta de ser un buen macho.
Le digo a mi compi que se cambie, ya que todos los cochinos
pasan por mi lado y ya he tirado a dos.
Fue cambiarnos y otra ladra directa hacia nosotros. Los perros cantan el paso de la res que
llevan delante, por lo que mi amigo se prepara, y cuando aparece en el camino
ya le tenía metido en la cruz.
Zurriagazo y seco. Un cochino
pequeño de unos 30 kilos al que no le dio tiempo ni a escuchar la bala…. Joder,
vaya manera de dejarme en evidencia, y yo excusándome de que los fallaba por la
dificultad del tiro…jajajaja.
La “guarrada” estaba siendo considerable. Seis cochinos vistos, 3 tirados y, por ahora,
1 matado en los primeros 40 minutos¡¡¡.
Nos las prometíamos muy felices, pero aquello fue bajando en
intensidad. La lluvia arreciaba y los
perros aparecían y desaparecían del camino sin ladra alguna.
Tampoco se escuchaban muchos tiros en toda la montería, por
lo que decidimos acercarnos (no más de 15 metros) a la vereda donde habían
entrado los dos guarros tirados por mí.
Mi sorpresa fue mayúscula al encontrar cuajarones enormes de sangre
metiéndose hacia el monte.
En cuanto apareció Juande (jefe de campo de los Barrancos)
por el camino, haciendo de guía de las rehalas que batían el cerro, le comenté
lo sucedido. Se adentraron en la jungla
y apareció al poco para confirmarme que estaba muerto unos metros delante de
nosotros, que lo habían marcado los rehaleros y que tenía un tiro "tripero".
Nos felicitamos, llevábamos 2 cochinetes en este
puesto¡¡. Pero ahí acabó todo,
intentando aguantar como podíamos la que estaba cayendo fue transcurriendo el
tiempo de manera inexorable hasta el sonido de las caracolas.
Cuando llegó el postor, le comunicamos lo sucedido y nos
adentramos monte adentro para ver el cochino.
Pero aquello estaba imposible de acceder, aparte de que fue meternos en
las jaras y empaparnos, por lo que desistimos y esperamos verlo en la
junta. De todas formas el rehalero que
lo marcó nos dijo que era pequeño también, no más de 40 kilos.
La comida bien, sentados y con camareros sirviendo. Estaba aterido de frío, por lo que el potaje
me sentó de lujo. Mis compañeros de Peña
no pasaron un buen día, y bastantes de ellos no vieron nada en toda la mañana.
-
Carlos y
tesorero en el 2 de la Loma.
Tuvieron cerca un cochino grande que rompió por el lugar menos esperado,
un barbecho, sin posibilidad de intentar abatirlo.
-
Presi y
Manolo en el 1 del cortijo viejo. Muy
mala suerte en la hora del sorteo, no vieron nada, aunque sus compañeros de
armada si dispararon en varias ocasiones
Matias y Ángel en el 5 de la Loma. Ángel sólo pudo disparar un tiro a salto de mata a un cochino que, según dijo, parecía bastante grande, pero sin cortar pelo.
-
Paker y
“Vassili” en el 7 de la Loma. Siguen
con su suerte (y buena puntería) de la temporada pasada, abatiendo un cochino medianete.
Pero el gran triunfador de la jornada fue Jorge, un chaval
de Fuente Obejuna que abatió un enorme cochino en el 6 de Aguas frías. Realmente un cochino así merece toda una
montería. Espero abatir algún día algo
así o parecido¡¡¡jajajaja.
Enhorabuena¡¡¡
La jornada terminó tomándonos un digestivo para entrar algo
en calor y con el futbol de fondo mientras íbamos comentando el día, pero no
quisimos alargarnos mucho ya que la próxima semana tenemos uno de los platos
fuertes de esta temporada…. La Losa¡¡, a Huescar a pasar el fin de semana¡¡¡¡
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